Ella es mi persona favorita en el mundo; se ha convertido en una fuente de inspiración, de fortaleza, de amor... Me encanta sentir su presencia, escuchar su voz, oír sus pasos y ese peculiar sonido que hacen sus ropas cuando camina, pero sobre todo conversar con ella...
Son tantas las cosas que tenemos que decir, experiencias que compartir, y tan poco el tiempo para hacerlo que siento como si hubiera desperdiciado los pocos momentos que tuvimos para nosotros... pero no es así, simplemente no son suficientes...
Por cierto, me olvide de decirle algo: "No estás sola, siempre te llevo en el corazón y te acompaño cada día..."
Al final todo queda en unas simples palabras, pero ella y yo sabemos que quieren decir mucho más:
"Adiós hermana, te quiero mucho..."
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